Exámenes de conducir: La DGT recurre a las horas extra para intentar resolver el tapón del verano

Exámenes de conducir: La DGT recurre a las horas extra para intentar resolver el tapón del verano

El problema en las mencionadas fechas tiene dos aspectos que se interrelacionan: de un lado, algunas jefaturas que trabajan sin interrupción durante los meses de verano padecen una saturación de aspirantes. De otro, las autoescuelas que no pueden llevar a sus alumnos al examen, porque sus jefaturas cierran durante parte del periodo vacacional, buscan en otras la solución, lo que contribuye al atasco en los sitios donde hay pruebas.

Es el caso de Granada, que no cerró, y de algunas de sus provincias limítrofes, que sí lo hicieron. Más de 1.000 alumnos forasteros se examinaron en diversas localidades granadinas.
 
Saturación de aspirantes
 
En Granada la plantilla de Tráfico consta de 23 examinadores, pero por diversos motivos (vacaciones, bajas...) este número se redujo a 14 efectivos en verano, justo cuando los centros de formación vial tenían más actividad. Por si fuera poco, a los puntos de examen granadinos suelen acudir aspirantes a conductores de Jaén y Almería, pues en estas dos provincias los funcionarios de Tráfico toman vacaciones en agosto durante una quincena. El resultado: una sobrecarga del servicio en Granada.
 
Y eso que la Asociación Provincial de Autoescuelas, que preside José Blas Valero, y la jefatura, al frente de la cual está José Vico, habían acordado en junio reorganizar el calendario de exámenes para afrontar con ciertas garantías el previsible repunte del número de aspirantes (entre un 25 y un 30% más).
 
En la provincia existen cinco grupos de examen: Baza, Guadix, Loja, Motril y Granada capital. Lo deseable era que cada autoescuela pudiese presentar alumnos al examen de circulación cada cinco días hábiles, pero, al objeto de absorber la superior demanda del verano (ya habitual), se formaron once grupos, con lo que la cadencia subía a 11 días hábiles.

Aun así, el sistema se mostró insuficiente y cada centro de formación vial tuvo que esperar más de 15 días entre un examen y otro. “En condiciones normales las cosas habrían marchado de un modo aceptable, pero es verdad que este año se ha disparado el número de aspirantes respecto al ejercicio anterior”, explica Valero, quien añade: “Los alumnos no entienden que la Administración no nos dé el servicio. Si tiene que hacer más funcionarios, que los haga”, al tiempo que apela al Gobierno central para que “dote a Tráfico del personal suficiente”.
 
Por lo menos, el 12 de septiembre la jefatura autorizó a los funcionarios a hacer horas extra. No obstante, Valero sugiere que, “a fin de evitar el aluvión de pruebas en la jefatura de Granada (unas 9.000 entre julio y agosto), tanto la jefatura de Almería como la de Jaén examinen todo el verano, sin interrupciones”.
 
En contra del cierre veraniego
 
El polo opuesto a la de Granada lo representan las jefaturas que, como la de Cáceres, echan la persiana en los meses estivales. La jefatura cacereña cerró del 15 de julio al 15 de agosto, aunque, excepcionalmente, el 1, el 2 y el 3 de agosto hubo sendos exámenes teóricos: uno en Cáceres capital y otros dos en Plasencia, a los que se presentaron 700 aspirantes.
 
En la provincia hay seis grupos: Cáceres capital 1, Cáceres capital 2, Navalmoral de la Mata, Coria, Plasencia y Trujillo. En Cáceres capital las autoescuelas pueden presentar a la prueba de circulación un máximo de 13 alumnos por profesor y día; en Plasencia, Coria y Trujillo, de 11; en Navalmoral, de nueve. Los examinadores comienzan por un centro y no se van al siguiente hasta que agotan el anterior.
 
En Navalmoral, por ejemplo, hubo un examen el 30 y el 31 de agosto y el 1 y el 2 de septiembre. Allí no está previsto que vuelvan los exámenes prácticos hasta el 3 de octubre. A partir del mes que viene se espera que las autoescuelas puedan llevar a la prueba de circulación a sus alumnos cada 10 días, como efecto de la disminución del número de aspirantes. 
 
Según el presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas, Francisco García, “la falta de examinadores en verano sigue causando un grave perjuicio a los aspirantes y a los centros de formación vial. El 70% de nuestro volumen de negocio se da en estas fechas, pero, debido a la falta de personal en la jefatura, no lo podemos rentabilizar económicamente. Por otro lado, los costes son fijos: hemos de seguir pagando a los profesores, la seguridad social, los alquileres, los coches, los seguros…, sin olvidarnos de Hacienda”.
 
Partidarios y detractores de la autorregulación
 
Tarragona es una de las provincias donde las autoescuelas han optado por limitar voluntariamente el número de aspirantes a presentar, como mal menor y siempre que se trate de algo transitorio. Dado que con el sistema tradicional se estaban produciendo demoras de hasta seis semanas, la Asociación Provincial, que preside Carles Oliver, acordó el 5 de abril que cada profesor presentase a la prueba de circulación un máximo de seis alumnos del permiso B (o 6 de moto u 8 de camión) por cada ciclo de examen (o sea, cada 20 ó 21 días). Sin embargo, tres autoescuelas impugnaron el pacto.
 
La Junta de la Asociación desestimó estos recursos. Es más, en julio acordó prorrogar el acuerdo de abril hasta septiembre, pues contaba con el beneplácito de Tráfico. Resume la situación el propio Carles Oliver: “En agosto la jefatura cerró por vacaciones, excepto los primeros días porque quedaban muchos alumnos pendientes de examinar. Hay 10 examinadores que dan servicio a unas 124 autoescuelas, pero tres de ellos trabajan menos por sus compromisos sindicales y luego siempre hay alguno de baja. En septiembre llegó un funcionario itinerante y la jefatura nos ha informado de que espera otro refuerzo, esta vez para incorporarse a la plantilla de modo definitivo. Es pronto para saber si con estas medidas conseguiremos evitar las listas de espera”.
 
En cambio, Lérida, que soporta retrasos en los exámenes de hasta 30 días, rechaza los que entiende como cantos de sirena de la jefatura, que ha recomendado a las autoescuelas que se autorregulen. Fundamenta la negativa el presidente de la Asociación Provincial, Raul Viladrich: “Es una solución falsa, ya que traslada a los centros de formación vial el problema de la DGT”.
 
Daños colaterales
 
Las tres provincias de la Comunidad valenciana están en alerta roja en lo que se refiere a los exámenes prácticos de conducir, por culpa de la crónica escasez de examinadores. Sin embargo, en Castellón los problemas se han agravado en los dos últimos ejercicios como efecto indirecto de la situación en Tarragona. El presidente de la Asociación castellonense, Antonio Pertegaz, lo explica: “Tenemos unos 1.000 alumnos pendientes del examen. El lío es mayúsculo porque, a las bajas por jubilación en la plantilla de la jefatura, que no se han cubierto, se añade la cantidad de aspirantes procedentes de Tarragona que vienen a examinarse a Castellón porque no pueden hacerlo allí”.
 
La Jefatura de Tráfico cierra por vacaciones en agosto, aunque este año se examinó hasta el 5 de dicho mes. Desde comienzos de septiembre los examinadores están haciendo horas extraordinarias.
 
Poco alivio
 
En Gerona, los examinadores de la jefatura cogieron vacaciones en agosto. Desde mayo había una bolsa de 3.000 alumnos pendientes del examen práctico, con una plantilla bajo mínimos, pues sólo estaban operativos cinco funcionarios. Al inicio de septiembre se incorporaron otros dos (itinerantes) y, además, la jefatura está pagando horas extraordinarias a los tres funcionarios que han accedido a hacerlas.

Joan Sala, presidente de la Asociación Provincial, no niega que estas noticias supongan un alivio, pero duda que sirvan para solucionar el problema. Y eso que existe un acuerdo autorregulativo (cuatro alumnos por profesor), con lo que la cadencia del examen es cada nueve días. “El paquete de horas extra –indica Sala– es de 200; se agotará enseguida, y los examinadores itinerantes dejarán de trabajar hacia finales de octubre. De los ocho examinadores operativos, la coordinadora y otro examinador trabajan menos, este último por sus obligaciones sindicales. La frustración de los aspirantes les está llevando a presentarse en otras provincias, entre ellas Huesca donde de momento no hay escasez de examinadores”.
 
Imposible planificar la enseñanza
 
Las listas de espera para la prueba de circulación en Cartagena rebasan a menudo los 200 aspirantes. En la provincia no se examina nunca durante el mes de agosto, por lo cual en septiembre se acumula el trabajo. La plantilla en este importante municipio de la Comunidad Autónoma cuenta con seis funcionarios, pero sólo trabaja la mitad. “Uno se jubiló, tenemos una funcionaria de baja por enfermedad de larga duración y un tercer examinador pidió el traslado a Murcia capital porque vivía allí –detalla la presidenta de las autoescuelas de Cartagena, Isabel Mesa–."

"Vamos tirando gracias a los examinadores que vienen de Murcia, pero es imposible planificar la enseñanza porque nunca sabemos hasta última hora si vamos a disponer de examinadores suficientes. Durante el resto del año la actividad se ha reducido a la mitad (a consecuencia de la crisis que empezó 2009), pero en julio y septiembre las aulas se vuelven a llenar; es la oportunidad de salvar el ejercicio”.
 
Así las cosas, la jefa provincial De Tráfico, Virginia Jerez, invitó a los centros de formación vial cartageneros a que presentasen menos alumnos al examen de circulación. Ellos accedieron a la creación de un quinto grupo (había antes cuatro), con lo que ahora una autoescuela lleva a sus alumnos al examen cada seis días hábiles (el sexto es precisamente para las pruebas en pista). Sin embargo, los problemas no han disminuido.
 
Mesa insiste en que las empresas viven de enseñar y que el examen ha de ser suficiente en cantidad y calidad. “El hecho de tener que esperar hasta un mes para presentarse hace que los alumnos se vean obligados a recibir alguna clase práctica más (de refresco), por lo cual el permiso se encarece entre 60 y 80 euros; es el menor de los inconvenientes de una situación que nos perjudica a todos”.
 
Grandes distancias
 
En Ciudad Real, el cierre de la jefatura durante el mes de agosto produjo una lista de espera de casi 400 aspirantes. Lo refiere el presidente de la Asociación Provincial, Justo Ruiz de la Hermosa. “Hace dos años teníamos 10 examinadores; ahora hay siete. En lo que queda de 2016 perderemos otros dos, que se jubilan. Le hemos pedido reiteradamente a la DGT más funcionarios, pero ha sido en balde."

"Una de las dificultades que tenemos aquí es la que entrañan las grandes distancias (de más de 100 kilómetros en algunos casos) que hay desde la capital a los distintos puntos de examen. En Ciudad Real hay siete: dos en la ciudad y cinco en otras tantas localidades: Alcázar de San Juan, Almadén, Puertollano, Tomelloso y Valdepeñas. Los funcionarios son reacios a venir a este destino porque no les dan una suficiente compensación económica por los desplazamientos. Por lo menos, harán horas extra hasta octubre. El verano compensa la atonía del resto del año, que ha sido malo. Pero los jóvenes cada vez tienen menos vacaciones: acaban los cursos más tarde y empiezan antes. Si no se pueden examinar aquí, buscan hacerlo en otra provincia, lo cual causa un daño irreparable a nuestras autoescuelas”.
 
Reivindicación no atendida
 
Los centros de formación vial de Salamanca llevan años detrás de la DGT para que no suspenda la actividad examinadora en agosto, pero la jefatura ha hecho oídos sordos hasta ahora. Este verano cerró entre el 1 y el 19 del mencionado mes.
 
Para el presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas, Luis Rodero, las quejas del sector están más que justificadas: “Inicialmente hicimos a la jefatura la propuesta de que interrumpiese los exámenes una semana en junio y otras dos en julio. Aceptó la semana suelta en junio, pero no las de julio. Y cuando conocimos las fechas que habían elegido para hacer vacaciones en agosto, le pedimos otras, pero se cerró en banda, con la excusa de que ya se lo había comunicado oficialmente a la DGT.”
 
“Ahora mismo, estamos examinando cada 11 días hábiles. Muchos alumnos han dejado de prepararse, al haber empezado las clases en la Universidad. Con suerte, volverán en Navidades o el verano próximo, pero también los hay que se han ido a pasar la prueba de circulación en otras provincias, y los hemos perdido”.
 
Mala voluntad
 
En Ávila los meses de julio y agosto fueron críticos, tanto que los retrasos en la prueba de circulación alcanzaron los 43 días. “Teníamos dos examinadores nada más. Por suerte, a finales de julio vinieron otros dos (uno de los cuales se irá a Salamanca dentro de dos años), y ahora la cadencia es de 16 días. Hay un quinto, que es el coordinador, pero sólo examina en el Valle del Tiétar (Arenas de San Pedro). La gente está muy quemada porque percibe mala voluntad en los funcionarios. No sé, pondré un ejemplo: hay examinadores que le dicen al aspirante que se meta por una calle en segunda, sin tener en cuenta las características del vehículo.”
 
“Otro ejemplo: basta que la fotocopia del DNI de un alumno esté algo borrosa para que lo saquen de la lista de la prueba sin previo aviso y sin darte tiempo para subsanar la deficiencia. El sector estaba acostumbrado a los examinadores que había antes, que eran verdaderos compañeros tuyos. Ahora nos consideran meros colaboradores. No hay forma de hablar con nadie; todo lo piden por escrito.”
 
“En mi opinión, el jefe provincial [Arturo Barral], que lleva poco tiempo en el cargo, ha delegado por completo en el coordinador de los examinadores, que no nos puede ver”. Hay mil detalles que lo indican. A la una en punto todos los examinadores están en la jefatura (ellos dicen que por culpa del papeleo). Así, no es de extrañar que cada autoescuela de Ávila haya tenido únicamente 12 exámenes en lo que llevamos de año”.
 
Cuenca: un solo examinador a partir de noviembre
 

La jefatura provincial comunicó el 29 de septiembre a los centros de Formación Vial conquenses que durante octubre dispondría de tres examinadores, pero que, a partir del 3 de noviembre, contaría con uno solo para hacer las pruebas de circulación. Como es natural, el anuncio ha puesto en pie de guerra al sector.
 
El presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas, Rafael Lozano, considera vergonzosa e insostenible la situación. “Desde hace dos años sabían lo que se avecinaba. Había cuatro examinadores en la plantilla. Ahora tenemos dos y un coordinador, que se jubila en noviembre. Hay una examinadora de baja prolongada, y, aunque nos han mandado desde Madrid algún itinerante, el refuerzo no ha servido más que para ir trampeando.”
 
En Cuenca hay seis grupos de examen (tres en la propia capital, dos en Tarancón y otro en Mota del Cuervo), que aglutinan a 45 centros de formación vial. Una autoescuela lleva sus alumnos a la prueba de circulación cada seis días hábiles. Sin embargo, la jefatura no da abasto: “Si traigo 60 alumnos al examen de circulación –explica Lozano– , no ignoro que se someterán a la prueba unos 20 como máximo. Tráfico utiliza un programa para sortear los que se examinan. Algunos aspirantes ya han sido descartados tres o cuatro veces. Es desesperante.”
 
“Para colmo, hay dos funcionarios que habían hecho el curso de examinadores y que estaban dispuestos a trabajar, pero resulta que no pueden hacerlo porque, al no haber sido utilizados en su momento, se les ha pasado el plazo y ahora, antes de estar otra vez disponibles, deben hacer un cursillo de actualización de conocimientos. Es una total falta de previsión y de organización.”
 
El máximo responsable de la Asociación de Cuenca concluye: “Queremos soluciones porque los ciudadanos pagan unas tasas y las autoescuelas tienen unos costes; la obligación de la Administración es dar servicio a los aspirantes a conductores y a las empresas que los forman. Se está jugando con la gente y sus derechos, y eso es muy grave”.