La formación vial presencial: una necesidad justificada

La formación vial presencial: una necesidad justificada

En este artículo, el profesor Luis Montoro, catedrático de Seguridad Vial y presidente de la Fundación Española para la Seguridad Vial (FESVIAL), explica pormenores del amplio estudio del INTRAS que fundamenta la enseñanza presencial en orden a inculcar en los aspirantes a conductores los factores de riesgo.

 
«Dentro de las estrategias preventivas de los accidentes de tráfico, tienen especial relevancia, eficacia y reconocimiento científico aquellas que se dirigen de manera específica al factor humano mediante la vía de la educación y la formación. Es necesario que evolucione el actual sistema de formación que se aplica en España, porque lleva muchos años sin modificaciones relevantes y uno de los cambios más necesarios es que la formación teórico-práctica sea obligatoria para obtener un permiso.

»Pero este cambio, desde el punto de vista científico, solo se puede plantear a partir de argumentos sólidos y rigurosos. Pues bien, en este contexto, para mostrar con distintos datos el interés, la necesidad, la utilidad e incluso la aceptación social de la formación obligatoria, el Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS), con la colaboración de CNAE, ha hecho un amplio estudio, que, por su planteamiento, estructura y dimensiones, no tiene precedentes y que ha dado lugar a un extenso documento de 412 páginas.

Lo que sostienen los grandes investigadores

«Posiblemente en una investigación sin precedentes lo más difícil es por dónde empezar, cómo hacerla, qué esquema seguir o qué dimensiones es necesario abordar. Después de mucho pensar, leer y consultar, nos decidimos por el siguiente esquema de trabajo. Primero, analizar lo que dicen los grandes investigadores al respecto. Segundo, lo que aconseja la Directiva Europea 2006/126/CE y especialmente lo que recomienda el documento técnico: “Study on driver training, testing and medical fitness”, de la Comisión Europea en 2017. Tercero, lo que opinan al respecto los conductores españoles según tres amplias encuestas. Y cuarto, lo que se hace en 31 países europeos en relación con el tema de la formación de conductores y su obligatoriedad.

»Para averiguar lo que opinan reconocidos especialistas mundiales sobre la formación de los conductores, localizamos y analizamos numerosas investigaciones seleccionadas con criterios objetivos de impacto científico. De manera muy sintética, estudiando estos documentos se ha podido comprobar lo siguiente: los investigadores consideran vital la formación en la prevención de la siniestralidad; es fundamental que los programas y modelos formativos estén previamente muy estudiados y planificados; hay una crítica fuerte a los modelos de habilidades y una defensa de la formación en factores y grupos de riesgo, y se considera fundamental dar informaciones que lleven al cambio de actitudes y aumenten la percepción del riesgo; finalmente, se critican duramente los programas formativos centrados en el examen y también se insiste en la necesidad de hacer más estudios sobre el impacto de los programas en la prevención de los accidentes de tráfico.

Directivas y estudios

»En segundo lugar, estudiamos lo que dice la Unión Europea sobre la formación obligatoria. Existen varios documentos que, directa o indirectamente, defienden la utilidad de que exista algún tipo de formación teórico-práctica reglada-obligatoria para obtener el permiso de conducir. Como dijimos antes, entre ellos cabe destacar especialmente dos: la Directiva 2006/126/CE de fecha 20 de diciembre de 2006, sobre el permiso de conducción y el “Study on driver training, testing and medical fitness”, que fue encargado por la Comisión Europea a expertos de prestigiosos centros de investigación en seguridad vial: TRL, SWOV, Loughborough University, y la Monash University.

»Entre otras cosas, este informe destaca la gran cantidad de países que tienen formación teórico-práctica obligatoria para la obtención el permiso de conducir y resalta claramente la utilidad y ventajas de este planteamiento, criticándose de alguna manera a los sistemas que no contemplan obligaciones formativas regladas para los futuros conductores.
 

Lo que opina la sociedad


»En tercer lugar se consideró de gran importancia saber qué opinan los conductores/as de una posible formación obligatoria en España y conocer si esta obligatoriedad sería entendida, aceptada o rechazada socialmente. Para averiguar de manera rigurosa la opinión de la sociedad española se hicieron tres encuestas diferentes: una a conductores con más de cinco años de permiso de conducir; otra a personas que estaban matriculadas en una autoescuela para obtener el permiso B; y otra a personas que asistían a los cursos de recuperación de puntos.

»Un estudio con este planteamiento y envergadura nunca se ha hecho ni en España ni en Europa. Las encuestas fueron bastante amplias ya que tenían 29 preguntas, con la posibilidad de diferentes alternativas de respuesta. Se preguntaron muchas cosas sobre la formación de los conductores, sobre las autoescuelas, los ámbitos que se deberían estudiar para obtener un permiso, las horas que debería haber de formación, y especialmente se preguntó sobre cómo se vería y aceptaría la obligatoriedad de una formación teórico-práctica.

»Los resultados obtenidos fueron muchos y muy interesantes, especialmente los de la encuesta hecha a 1.206 conductores con más de cinco años de permiso. Por ejemplo, ocho de cada diez conductores creen que ya es obligatorio en España asistir a una autoescuela. Se les aclaró que no es obligatorio y a continuación se les preguntó si creen que debería serlo. Prácticamente la totalidad de conductores (el 86.6%), responde de manera afirmativa. Es más, el 98.9%, recomendaría a los aspirantes al permiso B que recibiesen formación teórico-práctica en una autoescuela. A su vez, un 76.3% piensa que esa obligatoriedad serviría para reducir de manera importante los accidentes de tráfico en España.

La formación obligatoria predomina en el Viejo Continente

»En el cuarto bloque del estudio, partiendo de información oficial (leyes y reglamentos), se investigaron los sistemas de formación de 31 países de Europa: Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Islandia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumanía y Suecia. Entre otras cosas, se estudió en cada uno de estos países europeos cómo es el sistema de formación teórica, cómo es la formación práctica y también cómo son los exámenes teóricos y prácticos.

»Se comprobó que entre los seis y nueve últimos años, la mayoría de los países han dado un fuerte cambio e impulso a los sistemas de formación, muy lejos del modelo anticuado que nosotros tenemos en España. Países pequeños como Eslovaquia, Estonia, Eslovenia, o cercanos como Portugal, tienen sistemas de formación envidiables, altamente desarrollados, pensados, programados y regulados.

»De manera sintética, se descubrió que más del 80% de los países tienen la formación teórica y práctica regulada y obligatoria y que esta formación prácticamente en su totalidad se da en las autoescuelas, siendo la media de horas de formación teórica de unas 20-30 y alrededor de unas 20-25 de clases prácticas. A su vez, los programas formativos suelen estar bien pensados y son de obligatorio cumplimiento y para ello los profesores (a los que se da mucha responsabilidad), tienen una formación especial y reciclajes periódicos, existiendo en general unos sistemas de control de la formación muy fuertes.
 
»A todo lo dicho podríamos agregar mucho más. Solo añadir un dato especialmente relevante para la reflexión sobre la necesidad de la formación obligatoria. Hicimos hace unos años una encuesta a 6.000 conductores españoles que estaban en los cursos de recuperación de puntos. El 95% nos dijeron: ¿Porqué estas cosas no se me han enseñado antes? Es más, el 94% añadía: si todos los conductores recibieran esta formación, se cometerían menos infracciones y se evitarían muchos accidentes.
 
»En fin, sintetizando lo expuesto, la opinión de los grandes expertos indica la necesidad y utilidad de la formación; los documentos de la Comisión Europea también hacen énfasis en este planteamiento; los conductores españoles son favorables de manera masiva a la implantación de una formación obligatoria; y  la casi totalidad de los países de Europa tienen programas de formación obligatoria, lo que parece indicar que todo son beneficios evidentes, aceptados y contrastados desde distintas perspectivas».