Consejos para conducir bajo la lluvia

El otoño es una de las estaciones del año en la que se registran más lluvias. Por ello conviene tener más presente que nunca algunos consejos para conducir bajo la lluvia.

Se trata de que, cuando viajes en tu coche por la ciudad o por vías interurbanas, y veas que de pronto el cielo se encapota y comienza a ‘jarrear’, sepas lo que debes hacer. No obstante, las dos primeras recomendaciones versan sobre lo que tenías que haber hecho.

Mantén a punto los limpiaparabrisas

No sueles acordarte nunca de los limpiaparabrisas, hasta que los necesitas… Evita que sea demasiado tarde. Si no quieres escuchar esos chirridos nefastos por escobillas en mal estado, una vez que comienza a llover, debes revisarlas periódicamente para que estén a punto.

Las escobillas desgastadas no solo ocasionan molestias sonoras; también suponen un peligro concreto, ya que pierden su capacidad de dispersar el agua que impacta contra las lunas del coche. ¿Cuánto hace que no supervisas el estado de tus ‘limpias’?

Controla el estado de los neumáticos

Parece una obviedad, pero mucha gente no lo tiene en cuenta. Si los neumáticos no están en perfecto estado, pierden adherencia y no desalojan el agua como deben. Si llueve, hay que garantizar el máximo agarre al asfalto.

Recuerda que se acercan las Navidades: una época del año en que aumentan los desplazamientos por carretera y en la que la climatología no suele ayudar.

Lleva encendidas las luces cortas

La disminución de la luz natural y las condiciones meteorológicas adversas son una constante durante los días de lluvia. En la carretera, además, suele producirse un reflejo del haz de luces de otros vehículos, que puede entorpecer la visión.

Por eso conviene llevar las luces cortas encendidas, y no las de posición, que resultan inútiles en tales situaciones. Así mejora la visibilidad, lo cual ayuda a reducir el riesgo de accidentes. Y, en los casos que lo ameriten, también debes activar los focos antiniebla.

Haz que aumente la distancia de seguridad

Cuando llueve, principalmente en autovías y carreteras, lo aconsejable es doblar la distancia de seguridad establecida con el vehículo que nos precede. El asfalto está mojado y -ante la necesidad de detenerse, frenar o realizar una maniobra súbita- tu coche requiere mayor espacio para evitar contratiempos.

Reacciona seguro y tranquilo ante el efecto ‘aquaplaning’

El conocido hidroplaneo o efecto ‘aquaplaning’ es frecuente cuando las precipitaciones son intensas y se forman charcos o balsas de agua en el asfalto. En determinados casos, nuestros neumáticos no son capaces de atravesarlos como deberían.

Entonces, pierden por instantes su contacto con el firme, con la consecuente pérdida de control. En esos casos, mantén la calma y muéstrate seguro. Reduce la velocidad, nunca frenes y sujeta con firmeza el volante.

Evita los frenazos y cambios bruscos de dirección

Las lluvias hacen que las carreteras se vuelvan resbaladizas. Por ello, los conductores deben evitar frenazos intempestivos. Lo más seguro es reducir la velocidad de manera gradual hasta que el vehículo quede parado en su totalidad en el punto de destino.

Los cambios bruscos de dirección y de velocidad, además de los frenazos, son muy peligrosos en una carretera mojada. Además, los nervios nunca son los mejores acompañantes de un conductor. Y, menos, con circunstancias climatológicas adversas.

Haz que se reduzca el vaho interior del coche

Siempre es muy importante tener la mejor visibilidad al volante. Y más, bajo la lluvia. El frío y la humedad suelen causar vaho en el interior del coche, cuyos cristales se vuelven casi opacos al empañarse. Por ello, reducir el vaho resulta imprescindible. Debes optimizar el sistema de ventilación del vehículo. ¿Cómo? Utiliza el aire acondicionado o el climatizador, dirigiendo la ventilación hacia el parabrisas.

También activa los sistemas antivaho, o abre levemente la ventanilla (así igualarás la temperatura interior y exterior). Si te encuentras en un atasco o dentro de un túnel, descarta esta opción para evitar inhalar los gases tóxicos. En esas circunstancias lo mejor es poner el aire en modo recirculación.

Sigue las huellas del vehículo de delante

Ya sabes… La lluvia intensa a veces no nos permite ver los límites del carril delimitados por la pintura y otras marcas o señales de la carretera. Otro consejo para evitar accidentes es seguir siempre las huellas del vehículo que va delante nuestro: esto te ayudará a fijar los neumáticos al pavimento.

Reduce la velocidad un 10% más de lo habitual

En caso de precipitaciones, la velocidad debe ser reducida un 10% más de lo habitual. Otra opción es que circules a diez kilómetros menos de lo estipulado por las señales de la autovía o de la autopista. Es importante señalar que cuanta más velocidad, más lluvia incidirá sobre el parabrisas.

Esto afectará aún más nuestra visibilidad, que se verá disminuida.

No atravieses badenes inundados o zonas anegadas

No merece la pena arriesgar tu seguridad ni la de tus acompañantes, cruzando badenes inundados o zonas anegadas.

Cuando desconoces cuál es la profundidad o posibles socavones ocultos por el agua, realmente te la juegas…. Así, corres el riesgo de dejar el vehículo atrapado en la balsa de agua, e incluso inundado. Y cuando un vehículo se ve anegado, pierde toda la tracción, o puede ser desplazado sin control alguno por parte del conductor.

Presta especial atención a peatones, ciclistas o motoristas

La lluvia reduce la visibilidad, y -a veces- provoca reacciones imprevisibles en el vehículo, como las anteriormente descritas (pérdidas de adherencia, riesgo de perder el control, etcétera).

Nuestros sentidos deben estar a tope a la hora de conducir bajo la lluvia. Principalmente, debemos prestar máxima atención a peatones, ciclistas y motoristas, quienes pueden resultar muy vulnerables y sufrir los mayores daños en caso de siniestros o accidentes.

Evita adelantar a toda costa

Con la lluvia, aplica el sentido común. No son convenientes en estos casos los adelantamientos innecesarios o a toda costa. La precaución y cautela son dos condiciones más que necesarias siempre a la hora de coger el coche.

Debemos adelantar cuando estemos completamente seguros de que no existen riesgos. Si no lo hacemos, las consecuencias pueden ser fatídicas, ya que podemos provocar un siniestro considerable. Más vale llegar unos minutos tarde a destino, que jugarnos nuestras vidas o las de terceros.

 

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