Reunión de APAE con el subdelegado del Gobierno y la jefa de Tráfico.

Reunión de APAE con el subdelegado del Gobierno y la jefa de Tráfico.

La Asociación ha trasladado a las autoridades su malestar por la escasez de examinadores y la precaria situación del sector

La Asociación Provincial de Autoescuelas de Málaga (APAE), que preside Antonio Martín, entregó un escrito el 3 de febrero al subdelegado del Gobierno, Miguel Briones, en el que detalla la situación del servicio de exámenes en la provincia y hace una serie de recomendaciones tendentes a mejorar la enseñanza de la conducción. En la reunión estuvo presente la jefa de Tráfico, Trinidad Hernández.
 
En Málaga la aplicación del protocolo de calidad [enero de 2013] supuso una disminución de más de 100 pruebas diarias, porque la plantilla existente en esos momentos era de 39 examinadores, los cuales, como sucedió en el resto de España, pasaron a hacer 13 pruebas de circulación, cuando hasta entonces hacían 16. Actualmente hay 27 examinadores, lo que supone 81 pruebas menos (1.782 pruebas al mes), el equivalente al trabajo de seis funcionarios. Pero claro, al haber 12 examinadores menos, el volumen total de pruebas ha disminuido considerablemente, habiendo pasado de 407 a 351 al día.
 
Retrasos endémicos
 
Este déficit de examinadores se ha traducido en retrasos en las pruebas, hasta el punto de que ha llegado a haber algo más de 3.000 alumnos presentados sin que se supiera a ciencia cierta cuándo se iban a examinar. El plazo que media entre la presentación y la fecha del examen ha superado el mes. Se da la circunstancia de que algunos de los aspirantes dependen para encontrar trabajo de la obtención del permiso, pero este desbarajuste ha afectado también a las autoescuelas, ya que algunos centros han tenido que cerrar y otros se han visto obligados a despedir a un número importante de profesionales. Esta situación se ha venido manteniendo continuamente, en especial, desde la huelga de los funcionarios examinadores del año 2015.
 
Además, si sumamos los periodos vacacionales de los funcionarios, los días moscosos, los días canosos, los días de compensación por no reducción de jornada en verano y Navidad o por cursos de formación / promoción, nos encontramos con una media de 50 días de vacaciones por examinador. APAE subraya que “estos derechos son inalienables, por supuesto y los respetamos”, pero el efecto es que la ratio de pruebas por examinador es menor de la calculada, con lo que pide a la Administración que, de manera inmediata, incremente la plantilla de la DGT, “para no perjudicar la atención y el servicio al ciudadano”.
 
Otro problema es que, a pesar de la buena disposición de la jefatura provincial de Tráfico de Málaga y de APAE para paliar la situación (se ha pasado de mutuo acuerdo de cinco grupos de examen a siete; lo que significa un examen menos al mes; antes había cuatro; ahora hay tres), “si no se producen más altas de funcionarios examinadores, las horas extra van a resultar indispensables y permanentes”. Es más, APAE cree que, si en plena temporada baja, hay retrasos en los exámenes, cuando llegue el verano, se reproducirá “el caos total” vivido anteriormente, dado el previsible aumento exponencial de la demanda.
 
Modificaciones reglamentarias
 
APAE juzga, además, que es necesario un cambio en el Reglamento de Escuelas Particulares de Conductores, para corregir aspectos de la actividad que “afectan tanto a la calidad de la enseñanza como a la propia seguridad vial”. En concreto la Asociación propone “que el alumno acuda obligatoriamente a la autoescuela para recibir un ciclo cerrado de teórica” y que se fije, en el caso de un suspenso en la prueba de circulación, “un número mínimo de clases prácticas… o, en su defecto, que desaparezcan los plazos de espera entre los exámenes, cuando se suspende dos o más veces (que es de hasta 18 días), ya que ahora no tiene ningún sentido”.
 
“Tampoco parece adecuado que un profesor de formación vial pueda estar dado de alta en un número ilimitado de autoescuelas, así como no exigir locales que reúnan unos requisitos mínimos determinados y estén dotados de elementos didácticos, vehículos y aulas en función de la enseñanza para la que están autorizados”.
 
“Evidentemente el nivel de cualificación profesional inicial, tanto del personal examinador como el de los profesores de formación vial debe ser superior el actual, con reciclajes periódicos que aseguren una actualización permanente de conocimientos, y faciliten la especialización”.
 
(Foto: en el centro, Miguel Briones; a su lado, Teresa Hernández y Antonio Martín.)