La Comisión de Seguridad Vial exige al Gobierno que arregle el servicio de exámenes de Tráfico


 



Durante la comparecencia de Pere Navarro ante la Comisión, todos los portavoces de los partidos presentes en la Comisión, salvo el del Grupo Socialista, fueron muy críticos con la situación de los exámenes de conducir en nuestro país y pidieron al Ejecutivo de Sánchez que le dé pronta solución a la escasez de examinadores.

 

El director general de Tráfico defendió la gestión llevada a cabo por el Organismo en esta materia. "Había preocupación ante la desescalada. Lo primero era salvaguardar la salud de profesores, alumnos y examinadores y lo segundo, optimizar, dadas las circunstancias, el rendimiento del servicio de exámenes. Las prioridades siguen siendo las mismas: primero la salud y, en segundo lugar, la economía y el empleo. Conviene no olvidarlo”.
 
Navarro repitió las cifras que ha divulgado la DGT sobre el número de exámenes de conducir hechos en el país durante julio y agosto. En esencia, unos 50.000 más que en idéntico periodo de 2019 (15.000 de ellos de circulación). Y concluyó: "Sobran las palabras; los datos hablan por sí solos, pero quizá no hemos sabido comunicar eficazmente lo logrado en tan difíciles circunstancias”.
 
También indicó que el servicio de exámenes de conducir en España sufre el excesivo número de suspensos en las pruebas de circulación. "Es una bola de nieve, que hemos de impedir entre todos que crezca”, y aprovechó la oportunidad para defender el sistema CAPA (Capacidad para las pruebas de Aptitud): “Incentivamos a los centros que tienen mayor índice de aprobados”.
 
Así mismo, anunció una serie de medidas a corto y medio plazo para aliviar el colapso en las pruebas de circulación: “Tenemos 1.300 candidatos para 40 plazas de examinador de Tráfico por oposición. Se examinan el 4 de octubre. Estamos preparando una nueva solicitud del plan de productividad, para que haya más horas extras a disposición de los examinadores. Queremos incorporar a cuatro militares antes de que termine el año (dos irán a Cádiz, uno a Málaga y otro a Las Palmas) y estamos estudiando con el sector el mejor modo de reforzar el servicio en las épocas del año con mayor demanda. La de las autoescuelas es una actividad estacional, con picos en el verano y en Navidad, coincidiendo con las vacaciones de los estudiantes. Pero no podemos dimensionar la plantilla en función de estos picos. Y tampoco vamos a rebajar (como alguien ha sugerido) el nivel de exigencia para aprobar los exámenes, porque está en juego la seguridad vial”.
 
Pere Navarro hizo la siguiente consideración. “Todos los sectores han pasado y están pasando por momentos muy difíciles. Creo que la solución es trabajar juntos. Somos un país que gusta más de buscar culpables que de encontrar soluciones, pero, con la que está cayendo, no queda otra que arrimar el hombro. Las autoescuelas deberían preguntarse no tanto qué puede hacer la Administración por ellas y sí qué pueden hacer ellas para mejorar el sistema de exámenes de conducir. No obstante, la comunicación con la patronal de las autoescuelas es buena y, si nos dejan tiempo para trabajar juntos, se notará”.
 
Más tarde, en el turno de réplicas y contrarréplicas, Navarro constató: “La Administración que yo dejé el año 2012 contaba con unos medios materiales y humanos de los que, por desgracia, no dispone hoy. Un país no puede funcionar si no funciona su Administración”.
 

Resolver un viejo problema

 
Particularmente duro con la DGT y el Gobierno fue Óscar Gamazo, del Grupo Popular, que los acusó de "una nefasta gestión, que ha llevado al colapso el servicio de exámenes de la DGT. Gamazo le preguntó a Pere Navarro si “pensaba seguir asfixiando a las autoescuelas”. Le recordó que en los últimos años "han desaparecido 700 centros de Formación Vial". También ironizó sobre si “se ha propuesto arruinar el porvenir de muchos jóvenes que necesitan el permiso de conducir para acceder al mercado laboral o la función pública. ¿Va a hacer algo, por ejemplo, para no truncar las aspiraciones de tantos jóvenes que quieren ingresar en la Policía?".
 
Aparte de los alumnos, los grandes perjudicados son las autoescuelas, que sólo le están pidiendo al Gobierno que les permita trabajar y no les ponga palos en las ruedas. Por supuesto, prima la salud, pero sin olvidar la economía.
 
“Se queja usted de la cantidad de suspensos, pero las autoescuelas no son más que intermediarios entre los ciudadanos (que pueden presentarse al examen cuando quieren) y la Administración. ¿Tiene en mente usted regular el sector de la Formación Vial para evitar esos porcentajes de suspensos? ¿Piensa la DGT dotar a las autoescuelas de herramientas que les permitan impartir una formación de calidad y que impidan a los aspirantes poco preparados acudir al examen?”
 
Gamazo concluyó con las siguientes palabras: "Los ciudadanos, señor Navarro, tienen el derecho de poder examinarse sin listas de espera, pues no es un servicio gratuito (la tasa que pagan supera los 90 euros). La DGT recauda por ese concepto más de 70 millones al año. Tiene recursos; optimícelos. Y, si no es capaz de hacerlo, dimita".
 
Para Josune Gorospe, del Grupo Vasco: "Este es un problema viejo que se lleva parcheando mucho tiempo y que ahora la Covid-19 ha agravado. Tenemos que planteárnoslo como un reto; hay que intentar abordar el asunto de un modo directo, porque no sólo afecta a las autoescuelas, sino a muchísimas personas que precisan el carné para poder trabajar u opositar. El Gobierno, no ya la DGT, debería darle la importancia que tiene por su incidencia en muchos sectores. En los próximos cuatro años se jubilarán unos 250 funcionarios en la DGT. Las 40 plazas de examinadores sólo van a ser un parche. Hay que quitar este problema de la agenda política resolviéndolo de una vez".
 
Pablo Cambronero, de Ciudadanos, fue rotundo: "Hay un colapso en el servicio de exámenes de Tráfico. Su política, señor Navarro, no ha funcionado. La bolsa de pruebas por hacer sigue creciendo. Tenemos el país con más paro juvenil de Europa y el sector de las autoescuelas está amenazado. Hacen falta más examinadores; no bastan esas 40 plazas de la oposición en marcha; es así de simple. Usted oye, pero no escucha. Hace falta un proyecto de ley que contemple el aumento de la plantilla de la DGT”.
 
Inés Granollers, del Grupo Republicano no le anduvo a la zaga: “Estamos en el día de la marmota. La única diferencia es que la lista de espera va aumentando progresivamente. Únicamente en Cataluña hay 60.000 alumnos pendientes del examen. Están matando ustedes a la autoescuela y al alumnado. El permiso de conducir entraña una mejora social y laboral. La Covid ha agravado un problema que viene de muy atrás. Todo el mundo está enfadado; nadie está satisfecho: alumnos, profesores, autoescuelas, funcionarios… Faltan examinadores y personal administrativo. Se van a jubilar 200 examinadores en los próximos cuatro años; han desaparecido 700 autoescuelas. No obstante, hay una buena noticia: el sector del Transporte necesita conductores. ¿Sabe usted dónde están? En las listas de espera de Tráfico, pendientes de examinarse. Hace falta reformar el sistema para obtener el permiso. Busquemos soluciones. Propongo una mesa sectorial que reúna a las autoescuelas, los profesores, los examinadores, la Administración, los partidos políticos…".
 
Antonia Jover, de Unidas Podemos, apuntó al modelo de obtención del permiso. "Sacarse el carné de conducir no debe ser un simple trámite. Las estadísticas demuestran que los aspirantes a conductores no llegan suficientemente preparados. Quizá sea la principal causa de la saturación del sistema. La preparación para la prueba teórica consiste muchas veces en una mera memorización de test. Análogamente, los alumnos prueban suerte, a ver si por casualidad aprueban el examen de destreza y la prueba de circulación. Algo funciona mal. Sugerimos que el profesor avale que el alumno está suficientemente preparado y que se penalicen los suspensos alargando el plazo de presentación para el nuevo examen".
 
Por último, José Carlos Durán, del Grupo Socialista, defendió a Tráfico: "Es preocupante el porcentaje de suspensos, pero creo que la DGT ha hecho un trabajo extraordinario en un momento muy delicado”. No obstante, Durán reconoció implícitamente las deficiencias del servicio de exámenes: “El Organismo ha heredado un problema que crearon los recortes llevados a cabo por el Partido Popular”.

(Foto: El director general de Tráfico, Pere Navarro, en un momento de su comparecencia ante la Comisión de Seguridad Vial del Congreso.)