Siete centímetros de agua son suficientes para perder el control del coche

Siete centímetros de agua son suficientes para perder el control del coche

Cuando la lluvia es breve, pero muy intensa, en unos pocos minutos provoca fuertes barranqueras e inundaciones, volviendo intransitables las carreteras. ¿Cómo afrontar desde el punto de vista del conductor una situación semejante?


Con agua, el asfalto se vuelve resbaladizo y peligroso, y hay que tener en cuenta que la seguridad propia y la de los demás es lo primero. Te proponemos una serie de recomendaciones generales que permitirán minimizar los riesgos que se producen al conducir un vehículo con lluvia, ya que está demostrado que, casi siempre que se producen temporales de esta naturaleza, muere gente por el uso del automóvil y por el exceso de confianza en el vehículo como lugar de refugio o lancha salvadora. 


En el coche

  • Lo primero que hay que decir es que si estamos a bordo de nuestro vehículo o vamos a hacer uso de él y nos sorprende una tormenta con lluvia fuerte, hay que alejarse lo más rápidamente posible de los lugares de paso de las correntías y de los puntos potencialmente inundables, buscando siempre una zona elevada y segura. 
  • Salvo que se tenga la seguridad de que la corriente no tiene mucha profundidad, debe uno abstenerse de atravesarla, pues puede haber podido arrastrar piedras o barro e incluso ramas de árboles que nos pueden dejar atascados; y también puede ocurrir que en su interior se esconda alguna alcantarilla abierta, que se convertiría en una auténtica trampa.
  • Incluso sin ninguno de los inconvenientes anteriores, el agua en movimiento y con sólo unos centímetros de altura, será suficiente como para que comencemos a perder el control sobre el vehículo. Los expertos en este tipo de situaciones afirman que, de forma general, con sólo siete centímetros de profundidad en la corriente, el motor del vehículo que intente atravesarla se parará y si el agua alcanza los treinta centímetros, el vehículo comenzará a flotar y será arrastrado por la corriente, si el agua alcanza los sesenta centímetros aproximadamente. Así que no presuma de valiente “camel trophista” y no arriesgue más de lo necesario.


Una vez a pie...

  • Han de vigilarse también las piedras o ramas de árboles que han podido desprenderse por la fuerte lluvia y tener cuidado con las zonas de la vía que puedan ceder como consecuencia del debilitamiento del suelo y derrumbarse bajo el peso de un vehículo.
  • Si se ve obligado a caminar por zonas inundadas, no debe olvidar que las aguas que no se mueven, lógicamente si no son profundas, son las más seguras, porque si existe corriente siete centímetros de altura serían suficientes para hacernos perder el equilibrio, tirarnos al suelo y ponernos a merced de la corriente.