CNAE quiere que se aborde de una vez la actualización de conocimientos de los conductores

CNAE quiere que se aborde de una vez la actualización de conocimientos de los conductores
  • La alta mortalidad vial durante las pasadas vacaciones ha puesto de nuevo sobre la mesa la necesidad de hacer profundas reformas en la Ley de Tráfico y en los reglamentos conexos. 
 
  • La Confederación Nacional de Autoescuelas apoya las medidas de la DGT, pero incide en la necesidad de combatir la falta de formación de los conductores 
 
La Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) apoya a la DGT en su idea de reducir la velocidad en las carreteras convencionales, multiplicar los radares e incrementar la presencia y visibilidad de la Guardia Civil de Tráfico. Asimismo, también está de acuerdo con la urgencia de combatir el uso del móvil al volante y proteger a los usuarios más vulnerables. Sin embargo, cree que ha llegado la hora de admitir el cambio del sistema de formación de los conductores, antes y después de obtenido el permiso.
 

«Sobre todo, la formación posterior es inexistente», explica el presidente de CNAE, José Miguel Báez, «cuando resulta que los cambios tecnológicos en los vehículos son constantes y la mayoría de los conductores ignoran para qué sirven buena parte de los dispositivos. Y no sólo eso: las normas que rigen el tráfico sufren modificaciones; aparecen nuevos medicamentos, etc. Hay que estudiar fórmulas para que los usuarios de las vías públicas, singularmente los conductores, actualicen periódicamente sus conocimientos».

 
Pero la formación inicial también debería variar, a juicio de Báez. «El sistema de enseñanza y los actuales exámenes de conducir están amortizados. Hay que adoptar un enfoque radicalmente distinto. La percepción del riesgo y los primeros auxilios han de pasar al primer plano. Las autoescuelas estamos deseando formar mejor a nuestros alumnos, pero no somos nosotras las que legislamos. Le pedimos a la DGT que sea valiente y que lidere las reformas que se precisan.  
                                                                                                            
Durante los meses de verano, julio y agosto, se ha producido un incremento del 15% del número de víctimas mortales, se trata de la peor cifra que se registra desde 2012.