CNAE insiste en que el Gobierno debe implantar cuanto antes servicios mínimos

CNAE insiste en que el Gobierno debe implantar cuanto antes servicios mínimos

La Confederación Nacional de Autoescuelas reclama esta medida para evitar el colapso que se vive en algunas jefaturas en las que no quedan examinadores.

Desde que comenzó el conflicto, el pasado mes de junio, 100.000 aspirantes al carnet se han quedado sin hacer el examen. 


La reanudación este lunes de la huelga de los examinadores de la DGT ha puesto otra vez sobre el tapete las enormes desigualdades entre las distintas provincias, ya que los paros apenas gozan de seguimiento en algunas de ellas, mientras que en otras han obligado a anular todas las pruebas de circulación previstas.
 
Sirva como ejemplo que en jefaturas como las de Gerona, Guipúzcoa, Lugo, Orense, Palencia, Salamanca, Vigo, Zamora, Huelva, Málaga, Jaén o La Rioja, en las que el seguimiento de los paros ha llegado al 100%, las pruebas para obtener el carné se han paralizado por completo.
 
A juicio de la Confederación Nacional de Autoescuelas, que solicitó a principios de agosto los servicios mínimos y que lo volvió a hacer el 28 del mismo mes, la actual situación discrimina injustamente a los aspirantes a conductores de las provincias más afectadas por los paros.
 
El conflicto de los examinadores de Tráfico comenzó el 2 de junio y continuó desde el 19 de ese mes hasta finales de julio, con una media de entre 5.000 y 6.000 exámenes perdidos al día. Desde el inicio de la huelga, unos 100.000 aspirantes a conductores han tenido que renunciar provisionalmente a un carné del que en muchos casos dependen para hallar un empleo o poder opositar.
 
Por todo ello, CNAE insiste al Gobierno para que establezca unos servicios mínimos de, al menos, el 77% de los examinadores. Esto se justifica por la inexistencia de una alternativa al examen de la DGT, así como por el hecho anteriormente citado de que los paros están teniendo una repercusión desigual.
 
La Confederación Nacional de Autoescuelas pone como ejemplo el servicio de transporte público, en cuyas huelgas siempre hay servicios mínimos, aunque los paros no dejen sin alternativa de desplazamiento a los ciudadanos, mientras que el examen de conducir es competencia exclusiva de la DGT. Esta situación condena a la frustración a las personas que necesitan obtener el permiso y se ven atrapadas por la huelga.