En periodo de exámenes, aliméntate bien, estudia y descansa (y 2: el descanso y el estudio)

Buen despertar
Joven se despierta exultante

En la anterior entrega ofrecimos unos consejos para alimentarse bien de cara a afrontar un examen de conducir. Hoy nos centraremos en otros factores no menos importantes, como el descanso y el estudio. La ciencia (o la sabiduría) la sigue poniendo nuestra pedagoga Ana Duque.

Descanso y estudio

Empezaremos por el descanso. Las personas que llevan a cabo un trabajo intelectual o que precisan de una gran concentración, además de cuidar aspectos relacionados con la alimentación, deben descansar adecuadamente.

El cerebro es el órgano encargado de realizar el «trabajo intelectual». En muchas ocasiones no se tiene en cuenta que, cuando se lleva varias horas realizando este tipo de trabajos (como el estudio), es conveniente descansar para desconectar y reponer la energía perdida.

Además de los descansos distribuidos a lo largo del día, la recuperación mediante el descanso nocturno es fundamental. No sabemos si la «vida es sueño», como pensaba Segismundo, el personaje de la obra de Calderón de la Barca, pero es indiscutible que el sueño nos revive.

Se trata de una de las funciones biológicas más importantes del cuerpo humano, ya que durante su transcurso el organismo se regula y regenera. Es más, de la calidad del sueño va a depender el desempeño de las tareas que hagamos a lo largo del día.

Todos hemos experimentado en algún momento esa sensación de somnolencia que afecta a:

  • La percepción; por ejemplo, la visión se modifica y no precisamente para bien.
  • El pensamiento, que se vuelve errático.
  • La atención y la concentración, que decaen.
  • La coordinación de los movimientos, que resulta mermada.
  • Los reflejos, que se debilitan, y el tiempo de reacción, que aumenta, etc.

Claves para un buen reposo

Dormir pocas horas, como suele ocurrir en época de exámenes, produce efectos muy negativos para mantener un adecuado nivel de alerta. De hecho, dormir menos de cuatro horas puede desembocar en un grave deterioro de las capacidades requeridas para poder efectuar trabajos de tipo intelectual o que precisen de altos niveles de concentración.

La pérdida de sueño, incluso durante una sola noche, puede tener como consecuencia una fuerte somnolencia al día siguiente, lo que llevará al sujeto a sufrir los efectos anteriormente señalados.

He aquí algunas recomendaciones útiles para mantener una correcta higiene de sueño que podemos tener presentes son:

  • No cambiar el ritmo, las horas y la duración habituales del sueño.
  • Mantener el lugar donde vamos a reposar bien ventilado.
  • Controlar la alimentación que ingerimos; especialmente hay que evitar las cenas abundantes.
  • Tomar algún café, pero sin abusar (no más de tres tazas al día).
  • No tomar bebidas alcohólicas, ni otros productos que puedan alterar el sistema nervioso central.
  • Realizar ejercicio físico de forma regular mejora la calidad del sueño; sin embargo no es recomendable el esfuerzo físico antes de irse a dormir.
  • No dormir siestas de más de 30 minutos.
  • Si no conseguimos conciliar el sueño antes de la media hora de habernos acostado, es recomendable levantarse unos minutos y hacer algo (por ejemplo, leer o pasearse).
  • Es importante que nuestro organismo asocie la cama con el hecho de dormir. Por ello, trataremos de evitar ver la televisión, leer o escuchar música en ella.

Por último, pero no en importancia…

En cuanto al estudio, ay amigos, en este tema todos somos o nos sentimos expertos. No obstante, el sentido común dicta que:

  • Lo más importante es ir a clase y atender a las explicaciones del profesor.
  • Comprender las materias ayuda a memorizarlas.
  • El objetivo es comprender las distintas situaciones de la circulación y prever los riesgos.
  • Hacer tests, como el que se exige en la prueba teórica, es útil sólo como modo de control de conocimientos, pero nunca como sustituto del estudio y de la asimilación de los temas.
  • Si un concepto se nos atraganta, hay que pedirle al profesor que nos lo aclare.
  • Quedarse con una duda es opositar al suspenso.
  • De nada vale empollarse el manual del permiso que sea durante los días previos al examen, ni dedicarse al rellenado exprés de text.
  • Aprobar los exámenes de Tráfico está muy bien, pero saber conducir de un modo seguro y responsable está mejor. Recordemos el eslogan de CNAE: «La carretera te examina todos los días».

 

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