Cinco claves para ser un profesor de autoescuela exitoso

Seguramente, si estás leyendo esta entrada, es porque ya eres profesor de autoescuela o estás preparándote para ello. Y sabrás que, aunque muchas personas creen que es un trabajo fácil, obtener el título de profesor de autoescuela requiere una preparación y un trabajo previo, mucho esfuerzo y dedicación.

El docente en Formación Vial obviamente ha tenido que superar unas pruebas teóricas y prácticas, lo que acredita que posee las aptitudes y conocimientos necesarios para ejercer como profesor.

Después deberá aprender a gestionar la multitud de circunstancias que surgen en el trabajo diario con los alumnos: resolver situaciones de estrés sobre la marcha, lidiar con los diferentes caracteres, incluso estar preparado por si se produce una avería en un vehículo de la autoescuela, etc.

Ahora bien, para convertirse en un buen profesor, de esos que los alumnos recomiendan a las personas interesadas en prepararse para obtener el permiso de conducir, hay que trabajar una serie de cualidades.

Cinco características que debe reunir un buen profesor de autoescuela

  • Ser empático

La empatía se refiere a la “capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos” (RAE); en este sentido, cualquier persona que se dedique a la docencia necesita un nivel de empatía para tratar de adecuar su forma de enseñar al alumno y que este comprenda los conocimientos transmitidos; pero en cuanto a conducción, la empatía debe ser aún mayor puesto que en múltiples ocasiones quienes están aprendiendo pierden los nervios cuando se encuentran frente al volante. El profesor de autoescuela debe saber ponerse en su lugar y hablarle en un tono que lo tranquilice.

  • Ser paciente

Se trata de saber adaptarse a la capacidad de aprendizaje del alumno. Algunas personas entienden a la primera, otras necesitan más tiempo para asimilar lo que están aprendiendo; a veces no captan el concepto de un modo inmediato o se ofuscan a la hora de manejar las marchas o hacer alguna maniobra. El profesor ha de hallar vías alternativas para conseguir que el alumno supere el impasse.

  • Saber organizarse

Un buen profesor de autoescuela organiza sus clases. Estructura cada una y comunica al alumno lo que irá aprendiendo. Se preocupa por conocer bien la normativa y sabe transmitir conocimientos teóricos mientras da la clase práctica (y al revés), porque la enseñanza de la conducción es un todo.

  • Saber conservar la serenidad

Hablamos de un requisito indispensable. Cada alumno llega con su propio carácter, pero incluso el más ecuánime puede perder en algún momento los nervios (por ejemplo, al entrar en una rotonda o al toparse con un accidente de tráfico). En esos momentos el profesor debe saber conservar la calma y tener la capacidad de tranquilizar al alumno, para que éste recupere la serenidad y reaccione del modo apropiado. Es necesario que el incidente no le deje secuelas, que pueden degenerar incluso en una aversión a conducir o  amaxofobia.

  • Comunicarse con los alumnos

El profesor debe establecer una comunicación permanente con el alumno tanto en el aula como cuando éste va al volante, y estar al corriente de las nuevas herramientas tecnológicas adaptadas a la enseñanza de la conducción, las cuales facilitarán el aprendizaje del alumno. Las tecnologías le ayudarán al docente a transmitir a los aspirantes a conductores, en un lenguaje visual y moderno, algunos de los conocimientos necesarios para ser un conductor prudente y seguro.

Los cinco factores mencionados harán del profesor de autoescuela un buen profesional; con ellos el trabajo estará bien hecho y el docente disfrutará de su labor.

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